No se desprenda usted de nada, guarde hasta el más pequeño detalle.
No camine sin nada por la calle, lleve su alma y su memoria metida en el sombrero
o en la solapa de una camisa sin mangas, pero no vaya por el mundo
lamentando vacios que no llenan sus recuerdos.
Camine y recuerde el camino recorrido y luego ya no espere más a nadie.
Ya todo y todos se fueron y dejaron, muchas veces, escombros por el suelo,.
pero no deje a nadie, cargue con ellos en los hombros.
Vaya de prisa y luego… pare y calle..
Mire alrededor y acomode su silencio con la luz,
apenas de la tarde y recuerde si no ha olvidado a nadie
Y no se sorprenda de la muerte de un Sol que extiende en el horizonte sangre
porque esa muerte no es y solamente ha pasado lo que ha pasado tantas veces otras tardes.
Por eso no olvide a nadie.
Aflíjase si ya no tiene memoria porque su memoria es una profunda raíz de su propia historia.
No olvide, y a usted menos que a nadie.
Se pierde libertad si ya no recuerda y ya no tiene a nadie
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