lunes, 28 de marzo de 2011

Recobrar

Ya voy dejando las calles
y solo se van quedando reflejos de luces amarillas, pequeñas, miserables.
Esta tarde no me importo ni me importa nadie y  quiero estar solo.
 Quiero caminar adonde no exista un árbol, una fuente, un perro…nadie.
 Huir de todos los espantos y todos los milagros;
de los buenos y de todas las caretas que cubren a los males.

Quiero mirar, con la poca luz que queda en el cielo,
a las gaviotas que, de tierra adentro, vuelven
al sonido nocturno de las olas
y envidiarles profundamente la libertad que tienen
de observar desde lo alto las angustias  que existen en la tierra.

Quiero ser y no ser al mismo tiempo y no comprometer
mi saludo de mano a las manos de algunos miserables.
Quiero querer y no querer en particular a nadie
y olvidarme del amor y de las calles.
Solo quiero caminar sin rumbo definido
para llegar a donde no ha llegado nadie.

Quiero  simplemente recobrar
la libertad de no pensar siempre en algo razonable.


viernes, 18 de marzo de 2011

Dejar la distancia

Quiero dejar en la distancia
la angosta rivera de las aguas mías
y  estar en el mar en primavera
navegando en el pico espumoso de las olas.

Quiero encontrar tus huellas en la arena
para conocer el rumbo que toman tus ideas
y estar presente en la brisa ligera
que mece tu negra cabellera.

Y no quiero pensar si existen las barreras
que traten de impedir que el calor de tu cuerpo
encienda fuegos en el alma mía,
porque yo te quiero conmigo y para siempre,
compañera y rumbo de la vida mía

sábado, 5 de marzo de 2011

Me matará

Me matará la muerte una tarde acalorada
o en una noche fría, triste, congelada.
Tal vez prefiera hacerlo en una madrugada,
en cualquier día, del último año de mi vida

La hora será anterior a los gritos y los llantos.
Se iniciará el inventario de todas mis virtudes.
Se agregarán algunas que nunca supe que eran mías
y tendré perfección de muerto que nunca tuve cuando vivo

Me quedaré en el recuerdo de todos los cercanos
y estaré por siempre en el recuerdo de los míos.
Seré un olvido pronto en los ajenos
y otros, los más, nunca sabrán que estuve vivo

Cuando yo muera

Cuando yo muera, será un regreso:
Me convertiré en los granos de un polvo fino
y habitaré entre las flores de los jardines.
Emigraré en las alas de algunos gansos
y al mismo tiempo, me posaré tranquilo en alguna roca.


Me arrastrarán los ríos a los océano
y no tendré las quejas o los temores de cuando vivo.

Pasará algún tiempo y volveré en algún cuerpo,
será una oruga o un cocodrilo.


Tal vez un pez o un renacuajo
o tal vez, de nuevo, un ser humano
y de esta forma, un nuevo ciclo.
Por esto digo:

¡Que no tan es malo convertirse en muerto!