Cuando yo muera, será un regreso:
Me convertiré en los granos de un polvo fino
y habitaré entre las flores de los jardines.
Emigraré en las alas de algunos gansos
y al mismo tiempo, me posaré tranquilo en alguna roca.
Me arrastrarán los ríos a los océano
y no tendré las quejas o los temores de cuando vivo.
Pasará algún tiempo y volveré en algún cuerpo,
será una oruga o un cocodrilo.
Tal vez un pez o un renacuajo
o tal vez, de nuevo, un ser humano
y de esta forma, un nuevo ciclo.
Por esto digo:
¡Que no tan es malo convertirse en muerto!
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