Voy a escribir de ti y de tus ojos.
Voy a decirte que te quiero
extrañamente desde antes de quererte.
Voy a contarte del encuentro que tus ojos han tenido
con esta mi piel que me cubre,
desde la planta de mis pies
hasta el origen mismo de mis sueños.
No pretenderé comparar lo luminoso de tus ojos
con la luz lejana de todas las estrellas.
No, no, tu mirada de miel esta cercana,
a la vuelta del milagro
que se dio en el costado izquierdo de mi alma.
Voy a escribir de ti y de tus ojos,
miel que es a los panes
lo que mis besos a tu carne.
Y voy a escribir de ti y de tus ojos,
tarde y tarde y tarde, hasta que sin verme,
se anide mi presencia en cada uno de tus poros.
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