Te fuiste por el camino de un cerro
para llegar a las rocas
de tu amorosa mixteca.
Se fuiste para exigir en el cielo
por la atención a tus niños.
“Ni Dios me podrá callar
cuando les grite que sufren”
¿Cómo enseñaste a tus niños
en esas laderas tan frías?
¿Cuánto podrán aprender
antes que mueran de penas,
tus niños indios, tus niños penas?
Te fuiste por los camino de unas montañas ajenas.
Te fuiste, indio maestro.
Te fuiste con ese gesto de niño y de padre bueno