Caminaré contigo las estrechas calles de la historia vieja
imaginando voces en extrañas lenguas,
tan cercanas y tan lejos de la nuestra.
Me quejaré contigo de las empinadas cuestas
y tú de de mi suelta fantasía que imaginará
escenas atrás de cada una de las puertas.
Preguntaré el origen de cada una de las piedras
y tú me indicaras con los dedos de tu mano
las rejas de una puerta que encierran jardines de claveles y de rosas.
Y nos llegará la tarde, la tarde que busca en la noche estrellas,
la tarde bella, pero sobre todo , nuestra
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